Objetivo: El objetivo de este estudio es analizar y caracterizar los rasgos clínicos asociados a los traumatismos craneoencefálicos pediátricos de alta energía.
Material y métodos: Este estudio retrospectivo se realizó en pacientes con traumatismo craneoencefálico pediátrico de alta energía que se presentaron en el Hospital Estatal de Şanlıurfa Balıklıgöl en Turquía entre 2012 y 2014. Para el propósito de este estudio, los pacientes se dividieron en dos grupos en función de su estrategia de tratamiento: no quirúrgico (Grupo 1) y quirúrgico (Grupo 2).
Resultados: La población de estudio consistió en 50 individuos. En cuanto a la causa del traumatismo, el 46% de los incidentes se debieron a caídas, mientras que el 54% se debieron a accidentes de tráfico. No hubo diferencias significativas en la edad entre los grupos (p=0,168). Sin embargo, la distribución de varones difería significativamente entre los grupos (p<0,001). La puntuación de la Escala Venosa de Glasgow (Glasgow Come Scale, GCS) fue significativamente mayor en el Grupo 1 (13±2,26) que en el Grupo 2 (7,74±2,52) (p<0,001). La incidencia de fracturas lineales fue significativamente mayor en el Grupo 1 (52%) que en el Grupo 2 (19%) (p=0,014). Por otro lado, los hematomas subdurales fueron significativamente más prevalentes en el Grupo 2 (68%) en comparación con el Grupo 1 (5%) (p<0,001). Hubo una mayor incidencia de lesiones hepáticas y esplénicas en el Grupo 2, pero las diferencias no fueron estadísticamente significativas (p>0,05 para cada opne). Las lesiones pulmonares fueron significativamente más frecuentes en el Grupo 2 (77%) que en el Grupo 1 (37%) (p=0,004). Las tasas de mortalidad no difirieron significativamente entre los dos grupos (5% en el Grupo 1 frente a 10% en el Grupo 2, p=0,577). En este estudio se encontró una sólida correlación inversa entre la GCS y el número de órganos lesionados (p<0,001, r= -0,696).
Conclusiones: Los hallazgos subrayan la importancia de una comprensión integral y un manejo cuidadoso, teniendo en cuenta las lesiones toracoabdominales asociadas.
Objective: The aim of this study is to analyze and characterize the clinical features associated with high-energy pediatric cranial trauma.
Materials and methods: This retrospective study was conducted on high-energy pediatric cranial trauma patients who presented to Şanlıurfa Balıklıgöl State Hospital in Turkey between 2012 and 2014. For the purpose of this study, patients were divided into two groups based on their treatment strategy: non-operative (Group 1) and operative (Group 2).
Results: The study population consisted of 50 individuals. Regarding the cause of trauma, 46% of incidents were due to falls, while 54% were due to road accidents. There was no significant difference in age between groups (p=0.168). However, the distribution of males differed significantly between the groups (p<0.001). The Glasgow Come Scale (GCS) score averaged significantly higher in Group 1 (13±2.26) than in Group 2 (7.74±2.52) (p<0.001). The incidence of linear fractures was significantly higher in Group 1 (52%) than in Group 2 (19%) (p=0.014). On the other hand, subdural hematomas were significantly more prevalent in Group 2 (68%) compared to Group 1 (5%) (p<0.001). There was a higher incidence of liver and spleen injuries in Group 2 but the differences was not statistically significant (p>0.05 for each opne). Lung injuries were significantly more common in Group 2 (77%) than in Group 1 (37%) (p=0.004). Mortality rates did not significantly differ between the two groups (5% in Group 1 vs 10% in Group 2, p=0.577). In this study found a robust inverse correlation between GCS and numbers of organ injured (p<0.001, r= -0.696).
Conclusions: The findings underscore the importance of comprehensive understanding and careful management, considering the associated thoracoabdominal injuries.