El presente artículo pretende reflexionar acerca del momento actual de las ciencias médicas, incorporando una discusión crítica respecto de la atomización del conocimiento que el pragmatismo de la evidencia científica puede comportar. Propone integrar las aportaciones de las metodologías cuantitativa y cualitativa de las ciencias de la salud, recurriendo a diseños cualicuantitativos que aborden la complejidad del ser humano y de sus referentes axiológicos y socioculturales. Los autores defienden y argumentan la necesidad de que la investigación en salud contemple 5 dimensiones útiles para la toma de decisiones, abordando el objeto de estudio sin prescindir del sujeto y de sus circunstancias poliédricas y complejas. La medicina ha de considerar ineludiblemente el conocimiento tecnológico y técnico, pero dicha capacitación no debe eludir las necesarias competencias relacionales y comunicacionales. La actualización cientificomédica implica un constante maridaje entre rigor técnico y mejora de vínculos entre las personas implicadas (profesionales de la salud y ciudadanía), con una actitud cuidadosa y afable. La animación comunitaria y el establecimiento paulatino de complicidades se erigen en la base de un modelo sanitario integrador, de raigambre biopsicosocial, tanto teórico como práctico.