Tener una vida saludable y digna depende, entre otros factores, de la alimentación. Todas las personas deben tener por derecho humano acceso a alimentos sanos, nutritivos y no padecer hambre, acción reconocida como seguridad alimentaria. La preservación de esta es regida por el Estado aunado a políticas y estrategias gubernamentales alimentarias, las industrias procesadoras de alimentos que se han convertido en un medio de producción y abastecimiento, así como las personas que adquieren un alimento, entre otras causas. El uso inadecuado de los alimentos conlleva a la inseguridad alimentaria mermando la salud de las personas, ya sea por desnutrición, subnutrición o malnutrición. De los problemas de salud pública relevantes son diabetes mellitus y obesidad, ambos están relacionados con la ingesta de alimentos de alto valor calórico y nutricionalmente carentes. La industria de alimentos tiene una gran responsabilidad en este sentido al desarrollar y distribuir alimentos bajo dichas características, particularmente los denominados chatarra. Por lo que actualmente se han emitido regulaciones a las practicas enfocadas a la producción alimentaria, de tal forma que obedezcan a una responsabilidad con la sociedad, con el medio ambiente y preserven la seguridad alimentaria.