Gilberto Castañeda Hernández
Es mi privilegio informarles que acabo de recibir la primera dosis de la vacuna para protegerme del COVID. Me tocó en el Campo Marte y todo estuvo mejor que lo que esperaba. Llegué, y unos jóvenes de chaleco verde me dijeron que siguiera la línea amarilla que continuaba bajo un toldo grandote para que no nos achicharrará el sol. Había un buen de gente, pero la cola se movía muy rápido y nunca se detuvo. Una grata experiencia. Todo bien organizado, todos sabían que hacer. Así que no hubo ni gritos, ni sombrerazos, ni aglomeraciones. Fue hasta divertido. No viví ni vi absolutamente ninguna mala onda. Todo el personal: jóvenes anfitriones, enfermeras, médicos y hasta la tira y los soldados, tiraban buena onda. Todos lucían sonrisas en sus rostros y nos trataron de lo mejor. De hecho, creo que nunca había dicho tantas veces la palabra “gracias” en tan poco tiempo, lo cual, valga la redundancia, se agradece.