Nunca una artista había estado tan preocupada por su propia imagen como la pintora De Lempicka, ella se convierte en una exitosa retratista de la sociedad parisina y es considerada como una de los pocos iconos femeninos del movimiento Art Déco; señalado como un arte moderno, decorativo e internacional. En su autorretrato se muestra como una mujer dinámica e independiente. Su proceso creativo fue en el momento cuando el nuevo ideal femenino estaba basado en un fuerte deseo de emancipación que estaba emergiendo en el Paris de los años 1920’s y 1930’s.