El tatuaje es una práctica muy antigua que ha tenido distintos propósitos en la humanidad. La permanencia de los tatuajes se había atribuido a la longevidad de los macrófagos, células del sistema inmune que capturan y almacenan la tinta. Diversos estudios sugieren que la tinta de los tatuajes es depositada en los ganglios linfáticos y de esta manera permanece en el organismo. Sin embargo, un estudio reciente demostró que los macrófagos “reciclan” la tinta, ya que los pigmentos que liberan al morir son re-capturados por nuevos macrófagos de la dermis en un proceso constante que explica la permanencia de los tatuajes a lo largo de los años. Este hallazgo puede explicar cómo es que los tatuajes pueden perdurar durante tanto tiempo y por qué es tan difícil removerlos.