Marisol Báez Magaña, Rafael Salgado Garciglia, Joel Edmundo López Meza
Todos los seres vivos poseen mecanismos que les permiten defenderse de sus enemigos, de los efectos del ambiente y en general de sustancias que les causan algún tipo de daño o estrés, es decir, tienen la capacidad de discriminar lo propio de lo extraño. A estos mecanismos en su conjunto se les conoce como el sistema inmune. Este sistema es capaz de activar dos tipos de respuestas: la respuesta inmune innata y la respuesta inmune adaptativa. La primera respuesta (sistema inmune innato) está presente en la mayoría de los organismos y constituye la primera barrera de defensa. La adaptativa (sistema inmune adaptativo) se presenta en los vertebrados, como un mecanismo de defensa complementario al sistema inmune innato, considerado más específico. Recientemente, se ha propuesto el término de “inmunidad innata entrenada” para describir que las células en mamíferos del sistema inmune innato también tienen memoria, el que puede ser entrenado para “recordar al enemigo” y eliminarlo. El objetivo de este artículo es abordar el cambio de paradigma de la inmunidad innata y los recientes hallazgos que apuntan a la demostración de una memoria inmune innata y su especificidad.