Laura Soldevila Langa, Lluís Valerio Sallent, Sílvia Roure Díez
• El uso de los test de diagnóstico rápido (TDR) debe ser racional, respaldados por algoritmos basados en la evidencia científica y reservados a los casos en los que del resultado derive un cambio de conducta (epidemiológica, diagnóstica o terapéutica).
• Los TDR son una herramienta clave que puede permitir una aproximación etiológica en un tiempo corto permitiendo mejorar la asistencia sanitaria en varios aspectos (uso racional de antibióticos, optimización de recursos diagnósticos y terapéuticos, aumento de calidad asistencial y epidemiológica, coste-efectividad y seguridad del paciente).
• Su uso nunca debe reemplazar a la historia clínica y a la exploración física, sino que debe complementarlas.
• Aunque las TDR pueden tener su papel en el proceso diagnóstico, un resultado negativo no descartaría la etiología si la sospecha clínica es elevada así como un resultado positivo podría tratarse de un falso positivo si se usasen fuera de sus indicaciones.
• En la interpretación de los resultados, siempre se debe tener en cuenta la prevalencia actual de la enfermedad ya que influye sobre los valores predictivo positivo y negativo.