A.C. Espino-Polanco
Es común que el cuidado se enfoque en las enfermedades físicas porque los datos objetivos pueden observarse fácilmente comparándolos con la subjetividad de los trastornos mentales. Aunado a esto, las personas mayores son uno de los grupos vulnerables con alto riesgo de desarrollar alguno de estos trastornos.
Encontramos personas mayores vulnerables, y el aislamiento por la pandemia lo acentúo dando como resultado que su salud mental se debilitara; sentirse solos, ansiosos, deprimidos con consecuencias como la presencia de síndromes geriátricos ( fragilidad, caídas, sarcopenia, déficits sensoriales, síndrome confusional o trastornos neurocognitivos mayores, entre otros) que afectan aún más la calidad de vida.
Para que exista una adecuada evolución en su salud mental, es considerar el compromiso de la familia como el de la comunidad. Así como geriatrizar los servicios de salud en donde, quienes conforman el equipo de atención, sean conscientes y sensibles de las necesidades de las personas mayores en todos los aspectos.