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Rafael Pizarro Mena, Claudia Machuca Barria, Mirta Crovetto Mattassi, Dominique Díaz Montecinos, Daniela Maraboli Ulloa, Valentina Espinoza Zambrano, Francisco Mena, Gloria Oñate, Francisco Fernandez, Macarena Valladares Vega, Macarena Fernández Cortés, Paula García Milla, Samuel Durán Agüero
Fundamentos: El objetivo de este estudio es asociar el consumo de lácteos con el índice de masa corporal (IMC) en adultos chilenos.
Métodos: Estudio analítico transversal, se evaluaron adultos sanos de 18 años en adelante, en diferentes regiones del país. A los 2776 participantes se les aplicó una encuesta de hábitos alimentarios (frecuencia de consumo), encuesta de actividad física (cumple o no con 150 min /semana), de hábito tabáquico (consumo o no consumo) y se les realizaron mediciones antropométricas (peso y estatura).
Resultados: Se observaron correlaciones negativas entre la frecuencia de consumo de lácteos con peso (p<0,001) e IMC (p<0,001). Al comparar el tercil de mayor consumo vs el tercil de menor consumo de lácteos, el grupo de mayor consumo presentaba un significativo menor peso e IMC y una mayor puntuación de alimentación, vs el tercil de menor consumo en <30 años (<0,001), pero no en los otros grupos etarios.
Finalmente, la ingesta de lácteos se asociaba con menor peso, tanto en el modelo crudo, como en el modelo 1 (OR:0,623; IC95% 0,514-0,755), sin embargo, en el modelo 2 perdía esta asociación (OR:0,934; IC 95% 0,739- 1,181).
Conclusiones: El tercil de mayor consumo de lácteos presenta un menor peso, IMC y mayor puntuación en alimentación saludable. Sin embargo, al realizar las asociaciones finales, el consumo de lácteos se muestra como un factor protector frente al exceso de peso solo en los primeros 2 modelos
Background: The objective of this study is to associate dairy consumption with body mass index (BMI) in adults in Chile.
Methods: Cross-sectional analytical study, the participants correspond to 2276 healthy adults of 18 years or older, in different regions. Each participant answers a survey which includes an eating habit questionnaire (consumption frequency), a physical activity questionnaire (complies or not with 150 min / week), and a smoking habit questionnaire (consumption or non-consumption). This data is complemented with direct measurement of weight and height.
Results: Negative correlations were observed between the frequency of dairy consumption with weight (p<0.001) and BMI (p<0.001). When comparing the tertile with the highest vs. the tertile with the lowest consumption of dairy products, the group with the highest consumption has a significantly lower weight, BMI and higher food score than the tertile with the lowest consumption in those <30 years (<0.001), but not in the other age groups. Finally, dairy intake is associated with lower weight, both in the raw model and in model 1 (OR:0.623; CI95% 0.514-0.755), however, in model 2 this association is lost (OR:0.934 ; CI95% 0.739-1.181).
Conclusions: The tertile with the highest consumption of dairy products has a lower weight, BMI and a higher score in healthy eating, however, when making the final associations, the consumption of dairy products is shown as a protective factor against excess weight only in the first 2 models.
