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Nancy Emilsen Daza
La estrecha relación de los casos de morbilidad materna con el nivel socio económico, como causal inamovible con el paso del tiempo, plantea el interrogante como profesionales de la salud ¿Es necesario batallar diariamente contra la muerte, dando vida? Desde el contexto netamente educativo, y teniendo como herramienta principal la atención primaria, el más grande recurso para mitigar las cifras de morbimortalidad materna extrema, se genera la inquietud de ofrecer, de manera objetiva, clara y empática información que se omite a la gestante y sus familias, cuando encuentran reprocesos administrativos, o el diario trasegar de personal de salud, el colapso de los servicios y la falta de humanización, traducido esto en demoras. Las barreras socio culturales crean una brecha entre la asistencialidad y la comunidad, familia y gestantes que impactan de manera negativa a toda nuestra sociedad; la detección rápida y oportuna del riesgo materno permite un abordaje que mitiga las consecuencias a veces fatales, de ahí la creación de un algoritmo básico para priorizar la urgencia gineco obstétrica que permita un abordaje integral. De una educación en salud estructurada se solidifican bases para una concepción respetada, un parto eutócico y un puerperio saludable, enriquecido de compasión, empatía y receptividad del personal de salud. Se puede mitigar el riesgo obstétrico si se identifica rápida y tempranamente entonces así se actúa y se evitan complicaciones y muertes prevenibles.
