La mayoría de alimentos constituyen un excelente medio de cultivo para el crecimiento de los microoganismos ofreciendo el sustrato adecuado para su desarrollo.
Los nuevos hábitos alimentarios, así como las cocinas de grandes colectividades, favorecen la aparición de mayores números de casos.
Las toxiinfecciones pueden ser debidas a la ingestión de un elevado número de microorganismos patógenos o bien a sus productos metabólicos: toxinas o venenos.