Introducción. La contaminación enteroparasitaria en autobuses por parte de usuarios infectados con malas conductas sanitarias potencia el riesgo de infección del resto de los pasajeros con el subsecuente peligro del desarrollo de patologías gastrointestinales. Por esto se evaluó la frecuencia de contaminación de autobuses con el fin de aportar datos que son desconocidos en Venezuela e inexistentes en Latinoamérica. Metodología. El trabajo fue descriptivo, transversal, con muestra no probabilística y accidental, donde la obtención de la muestra consistió en frotar el pasamanos de cada autobús (100 vehículos examinados) tres veces con un hisopo impregnado en solución salina isotónica 0.85%, resuspendiendolo en un tubo de ensayo con 10 ml de solución salina. La muestra se centrifugó a 3000 rpm por diez minutos para luego observar el sedimento al microscopio. Resultados. El 16% de las muestras presentaron contaminación, encontrándose solo dos especies de enteroparásitos, Blastocystis spp. (14% del total de muestras examinadas) y Endolimax nana (5%). Discusión. La abundancia del potencial patógeno Blastocystis sp., se relaciona con lo descrito en exámenes de heces de habitantes de Barquisimeto y del estado Lara, demostrando que los usuarios enfermos con malas conductas higiénicas convierten a los autobuses en un foco de infección que debe ser controlado. Conclusión. La falta de aseo constante en unidades de transporte público y la ausencia de conciencia sanitaria de algunos pasajeros infectados facilitan la transmisión de enteroparásitos endémicos potencialmente productores de enfermedades gastrointestinales.
Introduction. Enteroparasite contamination by infected users with poor sanitary habits in buses increases other passengers’ risk of infection, with the subsequent danger of developing gastrointestinal pathologies. For this reason, bus contamination frequency was evaluated in order to provide data that is unknown in Venezuela and non-existent in Latin America. Methodology. The work was descriptive and cross-sectional, with non-probability and accidental sampling. The sample was obtained by rubbing each bus’ handrail (100 examined vehicles) three times with a swab permeated with a 0.85% isotonic saline solution, resuspending it in a test tube with 10 ml of saline solution. The sample was centrifuged at 3,000 rpm for ten minutes to then observe the sediment under a microscope. Results. Sixteen percent of samples were contaminated, observing only two species of enteroparasites, Blastocystis sp. (14% of total examined samples) and Endolimax nana (5%). Discussion. The abundance of the potential pathogen, Blastocystis sp. isrelated to what has been described in feces exams on the inhabitants of Barquisimeto and the state of Lara, demonstrating that sick users with poor hygiene habits make buses a point of infection that must be controlled. Conclusion. The lack of constant cleaning in public transportation units and the absence of some infected passengers’ sanitary awareness facilitates transmitting endemic enteroparasites that could potentially produce gastrointestinal diseases.