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Sandra Frej Navarro, Beatriz Martínez Modrego, Ainhoa Cea Berne, Amelia Pulido Cárdenas, Cristian Hernández Pulido, Gema María López Allué
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y puede hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad”. Es decir, la salud mental es el bienestar psicológico, emocional y social. En ocasiones, las personas sufren alteraciones y pueden existir trastornos mentales.
Debido a que en la niñez y en la adolescencia el cerebro todavía se está desarrollando, puede responder a los momentos de estrés de manera diferente a los adultos. Es importante saber diferenciar entre un proceso evolutivo o un trastorno de salud mental. Los cambios continuos en el cerebro, añadiendo los cambios físicos, emocionales y sociales, hacen que sean más vulnerables a este tipo de alteraciones.
Desde la pandemia sufrida, que dio comienzo en marzo de 2020 por una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, muchos niños y adolescentes sufrieron problemas en su salud tanto mental como emocional.
El confinamiento, la preocupación por la salud de familiares y amigos, afectaciones a nivel económico, entre otros, les provocaron diversos trastornos como la depresión, ansiedad, problemas de sueño e incluso desorden alimenticio.
According to the World Health Organization (WHO), mental health is “a state of well-being in which a person fulfills his abilities and can cope with the normal stresses of life, work productively and contribute to his community”. That is, mental health is psychological, emotional and social well-being. Sometimes, people suffer alterations and there may be mental disorders.
Because the brain is still developing in childhood and adolescence, it may respond to stress differently than adults. It is important to know how to differentiate between an evolutionary process or a mental health disorder. The continuous changes in the brain, added to the physical, emotional and social changes, make them more vulnerable to this type of alteration.
Since the pandemic that began in March 2020 due to an infectious disease caused by the SARS-CoV-2 virus, many children and adolescents have suffered from mental and emotional health problems.
The confinement, concern for the health of family and friends, economic impacts, among others, caused various disorders such as depression, anxiety, sleep problems, and even eating disorders.
