Introducción: la rotura de ligamento cruzado anterior es la lesión más común en deportistas, pudiendo comprometer la carrera profesional de los atletas. La reconstrucción quirúrgica es el tratamiento principal y más efectivo. Existen muchas dudas sobre cuál injerto utilizar, ya que cada uno de los injertos se ha asociado a diferentes efectos secundarios. El objetivo de esta revisión de la literatura es identificar los efectos del tipo de injerto utilizado en la reconstrucción de ligamento cruzado. Material y método: se realizó una búsqueda bibliográfica en SCOPUS, PubMed, Google Scholar y PEDro, utilizando los términos búsqueda “Anterior Cruciate Ligament Reconstruction, Autografts, Allografts, Return to Sport, Muscle Strength, Pain, Joint Instability y Rehabilitation”. Resultados: el autoinjerto de los tendones isquiotibiales y los aloinjertos reportaron menor estabilidad, mientras que el autoinjerto hueso-tendón rotuliano-hueso ha presentado mayor estabilidad. Por otra parte, se reportó que la fuerza muscular se comprometerá según el lugar de extracción. Los autoinjertos hueso-tendón rotuliano-hueso han sido asociados a mayor dolor anterior en la rodilla y a la probabilidad de desarrollar osteoartritis. De igual forma se vinculan con menor funcionalidad postoperatoria y requieren más tiempo para alcanzar los hitos de retorno al deporte. Sin embargo, este autoinjerto mostró menos probabilidad de sufrir una nueva ruptura, siendo el autoinjerto de isquiotibiales y aloinjertos los que presentan mayor riesgo de una nueva lesión. Conclusiones: son varias las estrategias usadas en la rehabilitación, sin embargo, conocer los efectos de cada tipo de injerto utilizado permite individualizar aún más el tratamiento y facilitar la elección del tipo de injerto a utilizar para la reconstrucción.