M.P. García Santos, R Chamón Sánchez, J Sánchez Infante, MV Bernardino Bernardino
Introducción: la vejiga hiperactiva es un síndrome caracterizado por urgencia urinaria, aumento de la frecuencia miccional y nicturia, con o sin incontinencia urinaria y en ausencia de infección del tracto urinario u otra enfermedad evidente. Tiene grandes repercusiones económicas y sociales con un impacto negativo en la calidad de vida del paciente. El tratamiento de primera línea son las modificaciones conductuales y la reeducación vesical. Como segunda línea está el uso de antimuscarínicos. La neuromodulación del tibial posterior es una importante opción de tratamiento en pacientes que son resistentes a los tratamientos anteriores. El objetivo de este estudio, es analizar en pacientes con síndrome de vejiga hiperactiva, los cambios producidos en la nicturia, incontinencia urinaria y calidad de vida, con el tratamiento de neuromodulación del tibial posterior solo y combinado con antimuscarínicos, basándonos en cuestionarios validados y pad test que cuantifica las pérdidas urinarias en 24 horas. Material y método: estudio cuasi experimental en el que participaron pacientes derivados a la Unidad de Suelo Pélvico del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Toledo. Cincuenta y cuatro pacientes completaron el estudio. Todos los pacientes recibieron una sesión de neuromodulación del tibial posterior por semana durante 12 semanas. Veintidós pacientes estaban tomando antimuscarínicos de forma simultánea. Resultados: el 84,8 % mejoró la nicturia, 37 % el pad test, 42,6 % el International Consultation on Incontinence Questionnaire (ICIQ), y en cuanto al Cuestionario de Autoevaluación del Control de la Vegija (CACV): 75,9 % mejoró los síntomas y 64,8% las molestias. En nuestro estudio tomar antimuscarínicos no aportó resultados significativos, aunque observamos que en otros estudios repercutía de forma positiva. Conclusiones: la neuromodulación del tibial posterior percutánea en pacientes con vejiga hiperactiva es eficaz por sí sola. Limitaciones: valorar la necesidad de tener grupo control y hacer seguimiento y terapia de mantenimiento en el tiempo