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Valencia, España
En los deportes de sala como el baloncesto, el voleibol, etc., uno de los gestos más frecuentes es el salto, teniendo además grandes repercusiones en las lesiones tanto de carácter agudo como de carácter crónico. Entre las primeras la más típica es el esguince de tobillo al producirse una inversión brusca y forzada del pie tras pisar el pie de otro jugador, su prevención recae en el calzado y/o en otras medidas profilácticas tales como los vendajes. Las lesiones de carácter crónico son debidas a las grandes fuerzas de reacción que se derivan de los saltos y que pueden llegar a suponer cargas de más de ocho veces el peso del jugador. El cuerpo humano dispone de los mecanismos para amortiguar tales impactos, por un lado una serie de tejidos, como el hueso subcondral o la grasa plantar, cuya estructura histológica y composición química les capacita para limitar el estrés producido por tales impactos, y por otro lado la acción muscular de la tánica empleada. El estudio cinemático del efecto de la técnica en la amortiguación de los impactos difiere ligeramente según el gesto deportivo, en la carrera a pie la contribución del movimiento de pronación, es de gran importancia, además de los de flexión de tobillo y rodilla, pero tal y como los impactos van siendo mayores, el contacto con el suelo se realiza con el antepié y la contribución del movimiento de pronación en su atenuación disminuye, siendo la flexión de tobillo y rodilla los principales implicados en tal tarea.
