Desde que la OMS declaró como pandemia a la COVID 19, el pasado marzo de 2020, se ha obligado a utilizar medidas de protección dirigidas a todo el mundo, como un protocolo de prevención de riesgo, especialmente porque, en ese entonces, se tenían pocos conocimientos acerca de la misma. Actualmente, se conoce que la enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca, despedidas cuando una persona infectada tose o exhala. También se puede contraer por el contacto accidental con secreciones (mocos, catarros) y objetos o superficies contaminadas con las mismas y los ojos, la nariz o la boca. Teniendo en cuenta tales características, Enfermería, para otorgar un cuidado con calidad y calidez y al mismo tiempo, mantener una buena salud, se ve forzado a calzarse equipos de protección individual en forma prolongada, lo que llega, en ocasiones, a afectar de alguna manera su integridad física y emocional. Este ensayo se enfoca en los efectos que el uso prolongado del equipo de protección individual podría causar en el personal de enfermería, según experiencias de otras epidemias y pandemias anteriores y mencionadas por organismos internacionales (OPS/OMS) y que pueden servir como información para la atención y cuidados al mismo. Si Enfermería se ve afectada, quién cuidara de los demás.