Gerald P. Bodey, Evan M. Hersh, Manuel Valdivieso, Ronald Feld, Victorio Rodríguez
La mayoría de los agentes quimioterápicos tienen acción mielosupresora e inmunosupresora. En consecuencia, su uso comporta un mayor riesgo en el paciente a contraer diversas infecciones. En estos casos es más peligrosa la neutropenia que la linfopenia; en los pacientes con leucemia aguda que requieren quimioterapia combinada, este problema se hace especialmente grave.
Los agentes antitumorales tienen menor acción inmunosupresora cuando se administran en pautas intensas y cortas que cuando se administran de forma continuada. El tratamiento continuado produce una inhibición muy marcada en el proceso de formación de anticuerpos e inhibe las reacciones de hipersensibilidad retardada.