El cuidado integral del paciente es una de las funciones primordiales de enfermería, entendiendo al individuo como una unidad bio-psico-social. Desde este punto de vista la enfermedad cobra importancia en cuanto que afecta a la totalidad del individuo. En los servicios de urgencia la enfermedad física acapara la atención del profesional, pues amenaza, en ocasiones, la vida del enfermo; por lo que el enfermero-a realizará con frecuencia numerosas técnicas en corto espacio de tiempo para restablecer las funciones orgánicas alteradas, lo que crea, entre otros factores, un nerviosismo y stress en el profesional. Esto hace que en la mayoría de los casos se descuide el estado psicológico y social del paciente, el cual al enfrentarse a un mundo desconocido sufre un desbordamiento que se traduce en respuesta de stress. Por otra parte hemos de tener en cuenta el stress de la familia por estar desconectados del paciente, al que no ven incluso durante horas, creándoles una angustia que, en ocasiones, se manifiesta en enfrentamientos con el personal sanitario.