Carla López López, Ana Freijeiro Llorca, Esther Arbesú Fernández
Introducción: Diversos estudios analizaron el estigma en estudiantes o en profesionales sanitarios hacia personas con enfermedades mentales. Sin embargo, no hay evidencia que lo estudie en residentes en Formación Sanitaria Especializada (FSE). Objetivo: Este trabajo pretende evaluar el grado de estigma de residentes en especialidades clínicas, la formación recibida en materia «antiestigma» durante la residencia y su influencia sobre las creencias y actitudes que tenían en el primer y último año de la especialidad. Material y métodos: Diseño descriptivo transversal en una muestra de 250 residentes de enfermería, medicina y psicología clínica: 141 en el primer año de especialidad y 109 en el último, seleccionados por muestreo aleatorio proporcional al total de residentes en cada año. Para medir el estigma se utilizó la escala CAMI-S y para las variables sociodemográficas un cuestionario de elaboración propia. Ambos se crearon en la aplicación FORMS y se enviaron por correo electrónico. Se obtuvo la media y desviación estándar (DE) en «Integración y contacto», «Distancia social», «Peligrosidad y evitación», y Estigma global. Puntuación global sin estigma entre 80-100.Resultados: Tasa de respuesta del 57,6%: 72,2% mujeres, 23-28 años el 64,6%, 54,2% en primer año, 51,4% especialidad médica y de enfermería el 29,9%. El 20,1% había recibido formación «antiestigma». Media global de estigma de 86,7 (DE=8,5); de 87,3 (DE=7,9) en primer año y 86,1(DE=9,1) en último año (P=0,398); de 90,0 (DE=8,2) si recibieron formación y 86,1 (DE=8,4) si no la recibieron (p=0,027). Conclusiones: Se obtuvieron puntuaciones globales favorables al «antiestigma» hacia personas tanto en el primero como en el último año de especialidad. Cuando hubo formación «antiestigma» durante la residencia los resultados aún son más favorables. Resultaría por lo tanto beneficioso incluir contenidos en materia «antiestigma» en los programas formativos de FSE.
Introduction: Several studies have analysed social stigma among medical and nurse students or health care workers towards people with mental disorders. However, there is no evidence of social stigma training in residents during their specialised health training (FSE). Objective: This study aims to evaluate social stigma in residents in clinical specialities, the “anti-stigma” training during their residency, and its influence on the beliefs and attitudes they had in the first and last year of specialisation.Materials and Methods: A cross-sectional descriptive study in a sample of 250 residents of nursing, medicine, and clinical psychology: 141 in the first year of speciality and 109 in the last year, selected by random sampling proportional to the total number of residents in each year. The CAMI-S scale was used to measure social stigma, and a self-made questionnaire was used for sociodemographic variables. Both were created in the FORMS app and sent via email. The mean and standard deviation (SD) were obtained for “integration and contact”, “social distance”, “dangerousness and avoidance”, and overall stigma. Overall score for no stigma was between 80-100.Results: Response rate of 57.6%: 72.2% women, 64.6% 23-28 years old, 54.2% in the first year, 51.4% medical specialisation and 29.9% nursing. Only 20.1% had received “anti-stigma” training. Overall mean stigma of 86.7 (SD=8.5); 87.3 (SD=7.9) in the first year and 86.1 (SD=9.1) in the last year (P=0.398); 90.0 (SD=8.2) if they received training and 86.1 (SD=8.4) if they did not (p=0.027).Conclusions: Overall scores favourable to "anti-stigma" were obtained for people both in their first and last year of specialty. When there was "anti-stigma" training during residency, the results were even more favourable. It would therefore be beneficial to include content on "anti-stigma" in residency training programmes.