Lidia Gijón Villanova
La matronería es considerada la única profesión del ámbito sanitario en la que la mujer ha tenido una absoluta supremacía. Pese al androcentrismo presente en los siglos XVII-XIX, dónde lo masculino era la norma y la mujer siempre estaba considerada inferior, las matronas fueron desarrollando estrategias para que su figura persistiese en el ámbito del parto y consiguiesen ser ellas mismas las encargadas de su formación.
Su aprendizaje comenzó con la transmisión oral y la destreza que conseguían ayudando a otras matronas que se valían de un don especial.
Años más tarde, la alcanzaban bajo libros y manuales elaborados por varones los cuales querían ganarse un papel importante en el ámbito del parto, aunque la práctica siguiese vinculada a ellas. Pese a ello, mantuvieron su lucha por ganarse un hueco en su formación, que consiguieron tras la aprobación de la Ley de Libertad de Enseñanza, aunque fuese dentro de un marco de enseñanza privada.
Midwifery is considered the only profession in the health field in which women have had absolute supremacy. Despite the androcentrism present in the 17th-19th centuries, where the masculine was the norm and the woman was always considered inferior, midwives were developed strategies so that their figure persisted in the field of childbirth and they managed to be in charge of their formation themselves .
Their learning began with oral transmission and the dexterity they achieved by helping other midwives who used a special gift. Years later, they reached it under books and manuals prepared by men who wanted to gain an important role in the field of childbirth, although the practice was still linked to them. Despite this, they continued their struggle to gain a gap in their training, which they achieved after the approval of the Freedom of Education Law, even if it was within a framework of private education