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Ángel Reviriego Herranz
El protocolo de Trabajo Social Sanitario diseñado pretende ser una herramienta que permita evidenciar la intersección que existe entre los diagnósticos de trastorno de conducta y la violencia de género, además de sistematizar las posibilidades de intervención. El diagnóstico social sanitario permite una aproximación holística de la situación, evitando análisis centrados en los síntomas y potenciando la identificación de puntos fuertes sobre los que diseñar el plan de acción.
Los niños, niñas y adolescentes diagnosticados con trastornos de conducta atendidos en las Unidades Infanto-Juveniles de los Centros de Salud Mental, pueden sufrir el efecto estigmatizador que supone la patologización y atribución individual de la clínica que presenta.
Un 42,5% de los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia de género presentan trastorno de conducta (1). La aportación del Trabajo Social Sanitario en el análisis del contexto familiar permite dilucidar acerca de la etiología de los comportamientos disruptivos y diseñar, junto con la diada madre-hijo/a, él plan de intervención psicosocial. La compresión de la construcción de la violencia de género y la articulación de un sistema de apoyo social serán determinantes para la mejora de la salud.
La propuesta de protocolo de Trabajo Social Sanitario ha sido diseñada partiendo del análisis de la realidad del municipio de Getafe, aunque el planteamiento conceptual podría ser extrapolable a otras zonas geográficas.
The designed social health work protocol aims to be a tool that makes it possible to highlight the intersection that exists between diagnoses of conduct disorder and gender violence, in addition to systematizing the possibilities of intervention. The social health diagnosis allows a holistic approach to the situation, avoiding analyzes focused on symptoms and promoting the identification of strong points on which to design the action plan.
Children and adolescents diagnosed with behavioral disorders treated in the Child and Adolescent Units of Mental Health Centers, may suffer the stigmatizing effect of pathologization and individual attribution of the clinic that presents. 42.5% of the children and adolescents victims of gender violence have conduct disorder (1). The contribution of the health social worker care in the analysis of the family context allows elucidating the etiology of disruptive behaviors, and designing, together with the mother-child dyad, the psychosocial intervention plan. The understanding of the construction of gender violence and the articulation of a social support system will be decisive for the care process.
The heath social work protocol proposal has been designed based on the analysis of the reality of the municipality of Getafe, although the conceptual approach could be extrapolated to other geographical areas.
