Ana Redondo Villatoro
• Los pólipos endometriales y cervicales representan un trastorno común en la práctica clínica habitual.
• La hemorragia uterina anormal en mujeres premenopáusicas supone el 30% de las derivaciones a la consulta de ginecología estando en el 20-30% justificada por la presencia de pólipos endometriales.
• En cuanto a los pólipos endometriales asintomáticos en pacientes premenopáusicas no existe consenso sobre el tratamiento y seguimiento, y debe individualizarse en función de los factores de riesgo.
• La prevalencia de pólipos endometriales en mujeres posmenopáusicas es del 11,8%.
• Entre los factores de riesgo para el desarrollo de pólipos endometriales se encuentran la edad, siendo más frecuente entre los 40 y los 49 años, la obesidad, la hipertensión arterial y el uso de tamoxifeno.
• Actualmente se recomienda la extirpación de todos los pólipos endometriales en posmenopáusicas con independencia de su sintomatología, ante la posibilidad de la existencia de lesiones premalignas o malignas.
• Las mujeres premenopáusicas tratadas con tamoxifeno no presentan un riesgo aumentado de cáncer de endometrio.
• Hay indicación de histeroscopia (HSC) con biopsia dirigida en aquellas mujeres posmenopáusicas que durante el tratamiento con tamoxifeno presenten un episodio de metrorragia, independientemente de los hallazgos de la ecografía vaginal.
• Aunque la extirpación de todos los pólipos cervicales es controvertida sí suele realizarse en mujeres posmenopáusicas por ser mayor la frecuencia de malignidad en estas series. En mujeres posmenopáusicas con pólipos cervicales se recomienda la realización de la citología de cérvix antes de la polipectomía ya que puede proporcionar información sobre el potencial de malignidad. Además, se recomienda un estudio ecográfico endometrial para descartar patología concomitante.