José Carlos Ochoteco Hurtado
Pese a los intentos de una y otra parte por acabar el debate, a día de hoy la alienación parental sigue ocupando un lugar de privilegio en la controversia internacional sobre si existe o no un síndrome con un cuadro de características supuestamente definidas desde 1985. Tras la publicación en el año 2013 de la DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría), muchos han pretendido concluir que no hay legitimidad ni autenticidad en el mismo. Sin embargo, una lectura sosegada y paciente nos indica que hay motivos para no elevar a definitivo el hecho de que su ausencia en dicha clasificación norteamericana de trastornos mentales implique su desaparición de la práctica clínica y jurídica. En este artículo confrontaré puntos de vista para reflexionar sobre una realidad que algunos ya han definido como una forma de maltrato al menor.
Despite the attempts of both parties to end the debate, to this day parental alienation continues to occupy a privileged place in the international controversy about whether or not there is a syndrome with a picture of supposedly defined characteristics since 1985. After the publication in 2013 of the DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders of the American Psychiatric Association), Many have tried to conclude that there is no legitimacy or authenticity in it. However, a calm and patient reading indicates that there are reasons not to define as definitive the fact that its absence in said North American classification of mental disorders implies its disappearance from clinical and legal practice. In this article I will confront points of view to reflect on a reality that some have already defined it as a form of child abuse.