El baloncesto es un deporte de equipo en el que, a pesar de definirse como deporte de no contacto, existe un contacto constante entre competidores, e incluso entre compañeros del mismo equipo. Se trata de un deporte en el que, como es bien conocido, se producen situaciones muy variadas: repetición de gestos, aceleraciones y desaceleraciones bruscas, desplazamientos laterale,s saltos, etc. Además las características antropométricas del jugador de baloncesto son muy peculiares, predominando grandes estaturas y elevados pesos. Por estas circunstancias el baloncesto es un deporte en el que se dan gran variedad de lesiones tanto agudas, como las provocadas por la repetición de los gestos, es decir lesiones por sobrecarga. En ocasiones existe un mecanismo lesional múltiple.
Para disminuir el número de lesiones que se producen en el baloncesto, es tan importante conocer con exactitud tanto el tipo como la incidencia de dichas lesiones.
El conocimiento de la epidemiología lesional en este deporte, como en otros, presenta grandes dificultades. Aspectos como los criterios de catalogación del concepto de lesión, la descripción de la incidencia lesional, la inclusión de las lesiones en los protocolos de estudio, incluso su propia denominación es muy variada según los autores estudiados. Por otro lado, la imposibilidad de poder recoger todos los casos de lesiones que se han producido, Y por último, la diversidad de los grupos de deportistas estudiados: profesionales de la N.B.A., profesionales europeos, baloncesto femenino, baloncesto de progresión...
Por todo ello la información disponible es incompleta, pero servirá para realizar una aproximación a la realidad epidemiológica de las lesiones del baloncesto.
En este artículo se va a tratar la epidemiología del baloncesto profesional fundamentalmente y se ofrecerán datos respecto al baloncesto femenino y al baloncesto practicado en edades más jóvenes, lo que podemos definir Como baloncesto de progresión.