Belén Mongelós, Claudia Barreto Spandonari, Lorena Re, José Guillermo Pereira, Fátima Agüero Zaputovich, Arnaldo B. Aldama Caballero
La tuberculosis (TB) cutánea es una forma rara de tuberculosis extrapulmonar y puede tener diversas manifestaciones clínicas. La afectación cutánea puede producirse como resultado de inoculación exógena, diseminación contigua desde un foco de infección, o mediante la propagación hematógena desde un foco distante. Las formas multibacilares de localización cutánea siguen siendo, con mucho, las más comunes en los niños. La tuberculosis cutánea representa sólo el 1-2% de las formas extrapulmonares de TB. Se clasifica en varias variantes, y la escrofulodermia es una forma de tuberculosis endógena. Afecta a personas de todas las edades, sin embargo, los niños, los adolescentes y los ancianos se ven muy afectados, debido a la incapacidad inmunológica para contener la infección por micobacterias. La escrofulodermia puede presentarse de forma aislada o coexistir con formas pulmonares y diseminadas de TB. Se presenta como nódulos eritematosos que se fistulizan y descargan material caseoso y purulento 3. Los exámenes patológicos revelan abscesos, necrosis y granulomas de tipo tuberculoide. La correlación clínica, biológica, patológica y, a veces, la progresión con el tratamiento antibacilar son la clave del diagnóstico.
Cutaneous tuberculosis (TB) is a rare form of extrapulmonary tuberculosis that can have diverse clinical manifestations. Cutaneous involvement may occur as a result of exogenous inoculation, contiguous dissemination from a focus of infection, or by hematogenous spread from a distant focus (1). Multibacillary forms of cutaneous localization remain by far the most common in children (2). Children and the elderly are greatly affected due to immunological inability to contain the mycobacterial infection. Scrofuloderma can occur in isolation or coexist with pulmonary and disseminated forms of TB. It presents with erythematous nodules that fistulize and discharge caseous and purulent material (3). Anatomopathological examinations reveal abscesses, necrosis and tuberculoid granulomas (3). Clinical, biological, pathological correlation and sometimes progression with antibacillary treatment are the key to diagnosis (2)