La repercusión del SIDA sobre el deporte ha adquirido relevancia desde que el jugador profesional de baloncesto Ervin "Magic" Johnson hiciera pública su condición de seropositivo en otoño de 1991. Desde entonces los organismos deportivos, los deportistas, los médicos y los medios de comunicación han considerado las consecuencias que la infección por el VIH puede tener sobre el deporte.
Paradójicamente, cuando la infección de Magic Johnson tuvo su origen en la vía sexual, el debate se ha centrado en la posibilidad de la transmisión del VIH en la práctica deportiva. Esta discusión se basa en la posibilidad de que los deportistas sangren en las canchas de deporte y, en un riesgo teórico de transmisión de unos deportistas a otros.
Se ha debatido si se puede permitir a un deportista seropositivo participar en el deporte de competición, si es necesario adoptar medidas especiales entre los deportistas y si es preciso realizar pruebas serológicas a los deportistas de manera indiscriminada. Tn solo recientemente se ha reconocido la necesidad, por parte de algunos organismos deportivos, de tomar precauciones específicas para evitar la transmisión accidental en el medio deportivo.