José Ricardo Serra Grima , Pere Ferrés Sánchez, Eduardo Garrido Marín, Teresa Prat Torrens, Ignasi Carrió Gasset
El objetivo del estudio consistió en determinar cuáles son los límites fisiológicos de la hipertrofia ventricular izquierda en deportistas. Para ello se realizaron 900 estudios ecocardiográficos en deportistas de sexo masculino, escogiéndose 24 de ellos que tenían una auscultación y Rx de tórax normales y que mostraban un grosor del tabique interventricular o de la pared posterior del ventrículo izquierdo superior a 11 mm. Se clasificaron en dos grupos: Grupo A: 12 deportistas entre 18 y 38 años (media de 26), con grosor entre 11 y 12 mm, y Grupo B: 12 deportistas entre 16 y 37 años (media de 25) con grosor igual o superior a 13 mm. Durante la misma semana se realizó un estudio con anticuerpos monoclonales antimiosina que es un indicador específico de daño celular miocárdico.
Se inyectó por vía endovenosa 0,5 mg de R11-D10-Fab-DTPA marcado con 2 mCI de Indio y 48h. después se analizó la captación miocárdica de antimiosina mediante un método cuantitativo (índice corazón/pulmón). Los resultados mostraron que solo 2 deportistas (16%) del grupo A tenían una ligera captación positiva de antimiosina, mientras que en el grupo B se captó en 10 deportistas (83%). Como conclusiones cabe señalar que la hipertrofia ventricular izquierda en deportistas es un hallazgo infrecuente ya que solamente un 2% muestran un grosor de pared ventricular izquierda igual o superior a 13 mm. Dado que dicho valor se relaciono significativamente con captación miocárdica positiva de antimiosina, se sugiere como límite fisiológico de hipertrofia miocárdica del ventrículo izquierdo en deportistas.