La fragilidad es un síndrome biológico asociado al envejecimiento, representando un buen predictor del riesgo de discapacidad y de efectos adversos de la salud a corto, medio y largo plazo.1 De este modo, el ejercicio físico con el fin de disminuir dicha fragilidad, debería de prescribirse de forma progresiva en el caso de personas mayores. Existen múltiples revisiones bibliográficas sobre los beneficios que un programa de ejercicio físico multicomponente produce en las personas mayores frágiles, siendo la fragilidad una de las indicaciones más importantes para prescribir ejercicio físico.