La muerte es un hecho humano de gran singularidad y trascendencia que sin embargo es rechazado por la sociedad. Cuando surge una complicación potencialmente mortal se ponen en marcha todos los recursos necesarios para conseguir la supervivencia del paciente pues el modelo biomédico del sistema sanitario y educativo nos invita a evitarla a toda costa. Sin embargo, cuando se ha alcanzado el límite terapéutico proporcional al beneficio, es responsabilidad del profesional proporcionar las medidas necesarias para evitar el sufrimiento.
Los cuidados paliativos se centran en el control de los síntomas del paciente y la atención a todas las dimensiones de su persona y su familia con el objetivo de optimizar su calidad de vida; anticipan, previenen y tratan el sufrimiento desde un punto de vista integral además de acompañar durante la planificación del final de la vida, los cuidados durante la transición a la muerte y durante el duelo.
A pesar de ser una de las grandes inquietudes de la humanidad, la calidad de la muerte es un tema poco abordado. Desde el mismo momento en el que se diagnostica una enfermedad crónica grave y degenerativa, se debe iniciar un diálogo entre el profesional y el paciente acerca de sus preferencias para poder aplicar un modelo centralizado en la persona que pueda ir evolucionando en base al avance de su enfermedad por las distintas fases.
El deseo de una persona de poner fin a su vida remueve la conciencia y obliga a salir de la zona de confort. Recientemente se ha aprobado en España la ley que regula la eutanasia y reconoce que, en base al cumplimiento de determinados requisitos, aquellas personas que experimenten un grado de sufrimiento muy alto puedan solicitar ayuda para adelantar su final.
Death is a human fact of great singularity and transcendence that is nevertheless rejected by society. When a life-threatening complication arises, all necessary resources are deployed to ensure the patient’s survival, as the biomedical model of the health and educational system invites us to avoid it at all costs. However, when the therapeutic limit proportional to the benefit has been reached, it is the responsibility of the professional to provide the necessary measures to avoid suffering.
Palliative care focuses on the control of the patient’s symptoms and attention to all dimensions of the person and family with the aim of optimizing quality of life; it anticipates, prevents and treats suffering from a holistic point of view as well as accompanying end-of-life planning, care during the transition to death and bereavement.
Despite being one of humanity’s greatest concerns, the quality of death is a subject that is little addressed. From the moment a diagnosis of a serious and degenerative chronic disease is made, a dialogue must be initiated between the professional and the patient about their preferences in order to implement a person-centered model that can evolve as the disease progresses through its various phases.
A person’s desire to end their life stirs their conscience and forces them to leave their comfort zone. The law regulating euthanasia has recently been approved in Spain and recognises that, based on the fulfilment of certain requirements, people who are experiencing a very high degree of suffering can request help to bring forward their end.