La falta de adherencia al tratamiento inmunosupresor es una de las principales causas del rechazo del trasplante de riñón1. Hay una necesidad de saber, de detectar y de entender cuáles son los factores que llevan a los pacientes a no cumplir con el tratamiento pautado1, junto con una búsqueda de un estilo de vida saludable2,3 y proporcionar al paciente un soporte y unas herramientas, tales como formación, educación para la salud, sobre todo, al tratamiento inmunosupresor4,5. La percepción del paciente sobre los riesgos que conlleva el no seguir el tratamiento pautado es crucial y vital. Si el paciente tiene o ha tenido efectos secundarios con la medicación, si no ha comprendido bien como tiene que seguir las pautas de administración, la importancia que le da el paciente a la toma de esta, la motivación, todo ello, son factores clave para predecir el comportamiento que tendrá́ el paciente sobre la adhesión al tratamiento6. La falta de adhesión a la medicación inmunosupresora asociada a la pérdida del injerto renal fue descrita por primera vez por Owen y Cols. en 19757, afirmando una prevalencia del 2% de no cumplimiento del tratamiento inmunosupresor. Estudios más recientes, sitúan la prevalencia de la no-adhesión al tratamiento en pacientes portadores de trasplante renal simple en un 36%, representando en algunos casos, la tercera causa de pérdida del órgano trasplantado8. Las probabilidades de pérdida del injerto renal en pacientes no-adherentes son de cinco a siete veces mayores que la de los pacientes que cumplen con el régimen de tratamiento pautado1-9. De ahí la importancia de su estudio y seguimiento.
Para analizar la adherencia al tratamiento, se utilizan diferentes instrumentos de medida, como encuestas realizadas a los pacientes trasplantados de riñón. Hay diferentes encuestas validadas que se utilizan, se realiza una revisión bibliográfica para determinarlas.
Lack of adherence to immunosuppressive treatment is one of the main causes of kidney transplant rejection1. There is a need to know, to detect and to understand what are the factors that lead patients to not comply with the scheduled treatment1, along with a search for a healthy lifestyle2,3 and provide the patient with support and tools, such as training, health education, above all, to immunosuppressive treatment4,5. The patient’s perception of the risks involved in not following the scheduled treatment is crucial and vital. If the patient has or has had side effects with the medication, if he has not understood well how he has to follow the administration guidelines, the importance that the patient gives to the taking of this, the motivation, all these, are key factors to predict the behavior that the patient will have on the adherence to the treatment6. The lack of adherence to immunosuppressive medication associated with renal graft loss was first described by Owen et al. in 19757, stating a prevalence of 2% of non-compliance with immunosuppressive treatment. More recent studies place the prevalence of non-adherence to treatment in patients with simple kidney transplantation at 36%, representing in some cases, the third cause of loss of the transplanted organ8. The odds of renal graft loss in non-adherent patients are five to seven times higher than in patients who comply with the scheduled treatment regimen1-9. Hence the importance of its study and follow-up.
To analyze adherence to treatment, different measuring instruments are used, such as surveys of kidney transplant patients. There are different validated surveys that are used, a bibliographic review is carried out to determine them.