La apendicitis es una de las urgencias más habituales de los centros hospitalarios. Y dada sus diferentes maneras de presentación clínica, es importante realizar una correcta anamnesis para diagnosticarla, ya que la zona abdominal alberga una gran cantidad de órganos y se podría confundir con otra patología1. Para hacer un buen diagnóstico diferencial, con técnicas de radiodiagnóstico, como el TAC o la resonancia magnética, es más fácil su diagnóstico, reduciendo así los errores, así como la morbilidad y por consiguiente la mortalidad.
El apéndice cecal se encuentra en la fosa ilíaca derecha, se encuentra a dos centímetros del ciego y suele medir entre 6 y 10 centímetros de largo y entre 3 y 5 centímetros de diámetro1. Cuando existe infección de este, este aumenta de tamaño, produciendo también una salida de líquido libre a la cavidad abdominal y en algunos casos se produce un plastrón de grasa que lo envuelve, asociado a una leucocitosis visible en la analítica de sangre.
Desde la primera apendicectomía que se realizó con éxito en 1735, por el Dr. Claudius Amyand, en un paciente de 11 años, se ha avanzado mucho en su diagnóstico. Fue por una hernia encarcelada, que al abrir la cavidad abdominal se descubrió que tenía el apéndice inflamado. En aquella época, había un temor enorme a abrir la cavidad abdominal, y el denominado “mal del costado”, se cobraba muchas vidas, produciendo una elevada mortalidad por temor2.
Appendicitis is one of the most common emergencies in hospitals. And given its different ways of clinical presentation, it is important to perform a correct anamnesis to diagnose it, since the abdominal area houses many organs and could be confused with another pathology1. To make a good differential diagnosis, with radiodiagnostic techniques, such as CT or magnetic resonance, it is easier to diagnose, thus reducing errors, as well as morbidity and therefore mortality.
The cecal appendix is in the right iliac fossa, is located two centimeters from the cecum and is usually between 6 and 10 centimeters long and between 3 and 5 centimeters in diameter1. When there is infection of the same, it increases in size, also producing an outflow of free fluid to the abdominal cavity and in some cases a plastron of fat is produced that surrounds it, associated with a leukocytosis visible in the blood analysis.
Since the first appendectomy that was successfully performed in 1735, by Dr. Claudius Amyand, on an 11-year-old patient, much progress has been made in its diagnosis. It was because of an incarcerated hernia, that when opening the abdominal cavity, it was discovered that he had an inflamed appendix. At that time, there was an enormous fear of opening the abdominal cavity, and the so-called «evil of the side», claimed many lives, producing a high mortality due to fear2.