La apnea obstructiva del sueño (AOS) se caracteriza por somnolencia diurna excesiva, trastornos cardiorrespiratorios y cognitivos debido a episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior durante el sueño. Esta enfermedad es muy prevalente en la población general y tiene efectos deletéreos sobre el sistema cardiovascular; aumenta la incidencia de accidentes de tráfico a causa de la excesiva somnolencia, deteriora la calidad de vida y se asocia a un exceso de mortalidad. Suele afectar a pacientes obesos y los síntomas más importantes son los ronquidos y las pausas respiratorias repetidas. La desestructuración del sueño produce excesiva somnolencia diurna capaz de interferir en la vida socio-laboral. El diagnóstico se realiza mediante polisomnografía o poligrafía respiratoria. El tratamiento médico más eficaz es la aplicación de presión positiva en la vía aérea (CPAP) que tiene escasos y leves efectos secundarios y es, en general, bien tolerado. El papel de la atención primaria es fundamental en la sospecha del cuadro, la utilización correcta de los criterios de derivación y el control de los pacientes en el tratamiento.
Obstructive sleep apnea is characterized by excessive daytime sleepiness, cardiorespiratory and cognitive disorders, due to repeated episodes of upper airway obstruction during sleep. This disease is highly prevalent in the general population and has deleterious effects on the cardiovascular system; it increases the incidence of traffic accidents due to excessive sleepiness, deteriorates quality of life and is associated with excess mortality. It usually affects obese patients and the most important symptoms are snoring and repeated respiratory pauses. The destructuring of sleep produces excessive daytime sleepiness capable of interfering with social and work life. Diagnosis is made by polysomnography or respiratory polygraphy. The most effective medical treatment is the application of positive airway pressure (CPAP), which has few and mild side effects and is generally well tolerated. The role of primary care is fundamental in the suspicion of the condition, the correct use of referral criteria and the control of patients undergoing treatment.