El deporte genera abundantes lesiones agudas y crónicas: una de las más frecuentes es la del tendón de Aquiles (tendón calcaneus).
Su particular vascularización está implicada como factor etiopatogénico. Se ha afirmado que el tercio medio de ese tendón está menos irrigado e intervado que el resto (Carret, 1982; Kouvalchouk, 1987). Recientes investigaciones sobre las tendinopatías crónicas demuestran, mediante técnicas de inmunohistoquímica, la presencia de cambios degenerativos y necrotizantes en la pared de los vasos.
Quince tendones de Aquiles han sido estudiados previa inyección con latex natural coloreado, tinta china y/o sulfato de bario. Las inyecciones se han realizado en la arteria poplítea o en los vasos umbilicales. Se Han utilizado técnicas de microdisección, angiografía y diafanización (método de Spalteholz).
Describimos los pedículos procedentes de las arterias tibial posterior y peronea, así como su anastomosis y la vascularización del peritendón.