Izabella Rohlfs Barbosa, María del Mar García, Laura Gavaldà Mestre, M. José Medrano Albero, Dolors Juvinyà Canal , Alicia Baltasar Bagué, Carme Saurina, María Teresa Faixedas, Dolors Muñoz
Tanto el sexo como los aspectos sociológicos y antropológicos relacionados con el género son factores que contribuyen a particularizar los procesos fisiológicos y patológicos de mujeres y hombres. Sin embargo, el abordaje integral de muchas enfermedades se realiza desde la perspectiva masculina. En este sentido, la cardiopatía isquémica (CI) es una delas enfermedades donde se pueden ejemplificar claramente las diferencias biológicas y las desigualdades sociales. Las mujeres presentan la enfermedad en edades más avanzadas que los hombres, la forma de aparición es más frecuentemente «atípica» y está asociada con una mayor comorbilidad y gravedad. Por tanto, el tratamiento y el pronóstico es diferente. Además, también se han observado diferencias en relación con el conocimiento y las creencias sobre la enfermedad, así como en las actitudes adoptadas cuando aparecen los primeros síntomas. Es preciso tener en cuenta todos estos aspectos biológicos y de género porque frecuentemente ocasionan desigualdades entre los hombres y las mujeres, tanto en relación con el diagnóstico certero de la CI como en el tratamiento, la prevención o la rehabilitación posterior
Physiological and pathological processes differ in men and women, depending on factors such as sex and sociological and anthropological characteristics. However, many diseases are still approached from a masculine point of view. In this respect, ischemic heart disease is one of the diseases that most clearly reflects biological differences and social inequalities. In women, the disease presents at a more advanced age, and presentation is frequently atypical with a higher prevalence of comorbidities and greater severity. Consequently, treatment and outcome differ from those in men. Additionally, women differ in their knowledge, and beliefs regarding ischemic heart disease, as well as in their attitudes at symptom onset. Therefore, clinical practice should place significant emphasis on all these aspects in order to avoid inequalities between men and women in the correct diagnosis, treatment, prevention, and rehabilitation of ischemic heart disease.