María Noemí Da Ponte Rojas, Johanna Natali Guggiari
El caso expuesto a continuación demuestra que, a pesar del diagnóstico precoz de la endocarditisinfecciosa, el buen pronóstico del paciente se da cuando el tratamiento es oportuno. Por lo tanto, esde suma importancia tener presente cuales son las posibles complicaciones para tratarlas a tiempo.Paciente de sexo masculino, de 72 años de edad, consultó por fiebre de ocho días de evolución.Al examen físico se constató soplo diastólico en foco aórtico. Retornaron hemocultivos positivospara streptococcus gallolyticus, se inició tratamiento con antibióticos según antibiograma; en lasegunda semana de tratamiento presentó deterioro del sensorio, primero estuvo confuso y luegosomnoliento. Se realizó una tomografía de cráneo simple en primera instancia y luego resonanciamagnética encefálica donde se observaron lesiones compatibles con posibles complicaciones de laendocarditis infecciosa como el émbolo séptico. Se continuó con el mismo esquema de antibióticospor seis semanas con mejoría del sensorio.El germen aislado en el caso clínico se relaciona en un porcentaje no infrecuente en pacientescon patologías gastrointestinales, el dato positivo que se obtuvo dentro de sus hábitos fisiológicosera la constipación crónica como dato importante ya que se relaciona frecuentemente con póliposintestinales o neoplasias que se descartaba con estudios complementarios. Además, que lospatógenos frecuentemente implicados en complicaciones neurológicas fueron por S. aureus yStreptococcus gallolyticus, coincidiendo el último con el germen aislado en este caso clínico, ademásque presentaba dos de las muchas complicaciones como ictus isquémico y émbolos sépticos en unmismo paciente.
The case presented below goes beyond the early diagnosis of infective endocarditis and the association of the patient’s prognosis with timely treatment; It is also important to keep in mind about possible complications despite adequate clinical management.A male patient consulted for a fever of eight days of evolution, the positive finding on physical examination was the auscultation of a diastolic murmur in the aortic focus. Positive blood cultures returned for streptococcus gallolyticus, antibiotic treatment had been started according to the antibiogram, and in the second week of treatment there was deterioration of the sensorium. A simple skull tomography had been performed in the first instance and then brain magnetic resonance imaging showing lesions compatible with possible complications of infective endocarditis. The same antibiotic scheme was continued for six weeks with improvement of the sensorium.The isolated germ in the clinical case is related in a not infrequent percentage in patients with gastrointestinal pathologies, the positive data that was obtained within their physiological habits was chronic constipation as important data since it is frequently related to intestinal polyps or neoplasms that are ruled out with complementary studies. In addition, the pathogens frequently involved in neurological complications were S. aureus and Streptococcus gallolyticus, the latter coinciding with the isolated germ in this clinical case, in addition to presenting two of the many complications such as ischemic stroke and septic embolism in the same patient.