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Ana María Montero Bravo, Sara López-Varela Celdrán, A. Alvarez, Ascensión Marcos Sánchez
La dieta de ciertos grupos de deportistas es restrictiva e inadecuada como consecuencia de la obsesión por mantener un bajo peso corporal con el fin de obtener un óptimo rendimiento deportivo. Así, en determinados colectivos de deportistas, en especial de mujeres deportistas, donde se enfatiza en exceso la delgadez (gimnasia, carreras de fondo, natación sincronizada, patinaje artístico, danza clásica), la ingesta energética no alcanza las recomendaciones, produciéndose en la mayoría de los casos déficits nutricionales. Como consecuencia de ello se produce fatiga, deshidratación (desequilibrio de electrolitos), bajo peso, amenorrea (en las mujeres), retraso del crecimiento, disminución de la densidad ósea, sistema inmunitario comprometido e incluso trastornos del comportamiento alimentario. A esta situación, muchos autores la denominan triada del deportista y este término se refiere a tres factores que se encuentran íntimamente relacionados: desorden alimentario, amenorrea y osteoporosis.
Como consecuencia de estas alteraciones, el sistema inmunitario de estas deportistas se encuentra afectado, produciéndose un aumento de la susceptibilidad a sufrir infecciones.
De ahí la importancia de concienciar a los profesionales que trabajan en estas disciplinas deportivas de la importancia de una adecuada nutrición que consiga no solo una mejora del rendimiento sino que evite posibles complicaciones médicas en estos grupos de deportistas.
