Objetivo. Conocer los deseos de información y otras actitudes ante el diagnóstico de cáncer.
Diseño. Estudio descriptivo transversal.
Emplazamiento. Centros de Salud de Irún, Oñati y Asteasu en Gipuzkoa.
Participantes. De las citaciones a las 19 consultas durante marzo-mayo del 2002 se obtuvo una muestra aleatoria, prospectiva y sistemática, estratificada por cupos (n = 725). Se administró una encuesta modificada de Fernández Díaz en la que se recogieron los datos personales y 8 preguntas con respuestas cerradas: aspectos de comunicación (5 ítems) y actitudes relacionadas con la muerte (3 ítems).
Resultados. El 81,3% (IC del 95%, 78,4-84,1) quiere conocer su diagnóstico. El 68,9% (IC del 95%, 65,5-72,2) elige al médico para comunicarlo. De éstos, el 36,6%, al especialista, y el 26,6%, al médico de familia. Si el afectado es un familiar, el 46,6% (IC del 95%, 42,9-50,2) se lo dirían siempre, sólo si él lo pregunta el 38,6% (IC del 95%, 35-42,1) y nunca el 9,6% (IC del 95%, 7,4-11,7). El 49,3% (IC del 95%, 45,6-52,9) preferiría morir en casa. Para el 44% (IC del 95%, 40,3-47,6) el dolor es el mayor temor.
Conclusiones. La mayoría de la población quiere que se le informe de su diagnóstico, sin que el hábitat urbano o rural o la experiencia de haber tenido familiares con cáncer modifique la opinión. Si el afectado de cáncer es un familiar, son muy pocos los partidarios de no decírselo nunca. Eligen al médico para transmitir la información, prefieren morir en casa y el dolor es la mayor preocupación.