Daniel Arauzo Palacios, Carmen González Vielba, Violeta E. García Vesga, José Ignacio Santos Plaza, Gloria Sánchez Antolín
Puntos para una lectura rápida • Aunque el paciente trasplantado tiene sus peculiaridades, el abordaje y tratamiento de los problemas de salud es muy similar al resto de los enfermos.
• Es importantísimo recordar que un paciente trasplantado nunca debe suprimir la medicación inmunosupresora.
• El médico de familia debe tener a mano el teléfono del centro trasplantador para cualquier consulta necesaria sobre el paciente.
• Los efectos secundarios de los inmunosupresores son diversos según el fármaco y pueden controlarse ajustando la dosis. Los más frecuentes son: disfunción renal, diabetes, HTA, anemia y trombopenia.
• Es importante comprobar si hay interacciones con la inmunosupresión cuando iniciemos un nuevo tratamiento (antibióticos, antifúngicos..).
• El personal de enfermería debe hacer un seguimiento de los factores de riesgo metabólico de estos pacientes, así como de la educación sanitaria.
• El despistaje de las neoplasias de novo en el paciente trasplantado debe estar coordinado entre el centro de trasplante y el especialista en Atención Primaria.
• La neoplasia de novo más frecuente en pacientes trasplantados es la de piel, por lo que es muy importante un examen de cuerpo completo anual y la recomendación de fotoprotección.
• La detección precoz de CCR no es para todos los pacientes igual; en aquellos con antecedentes de CEP y EII se realiza anualmente con toma de muestras aleatoria.
• El calendario vacunal en pacientes en lista de espera tiene que estar correctamente completado y comprobado.
• Es importante corroborar la respuesta vacunal tras la administración, pues estos pacientes pueden tener una respuesta subóptima.