El abuso/dependencia de alcohol se ha relacionado con una hipofunción de la glándula tiroides, atribuida al efecto tóxico del alcohol, y que suele ponerse de manifiesto en las primeras fases de la abstinencia. Los hallazgos característicos que se han venido encontrando mencionan una disminución de la T4 sérica, que se acompaña de una elevación de los niveles de TSH en el suero, en respuesta a la liberación de TRH. También se cree que, esta hipofunción tiroidea, tiene una responsabilidad mayor que el sistema monoaminérgico en el estado de ánimo que acompaña a los alcohólicos abstinentes.
Nosotros presentamos dos casos clínicos en los cuales hemos detectado, durante las primeras fases de la abstinencia alcohólica y en contraste con lo publicado, una elevación de la TSH con nulas o mínimas disminuciones de la T4, y un significativo aumento del craving. Ello nos lleva a sugerir la necesidad de investigar, por un lado, la posibilidad de que el efecto tóxico directo (del alcohol) sobre la glándula tiroides se deba a un aumento de la resistencia de las células epiteliales de los folículos tiroideos a la acción de la TSH y, por otro lado, el papel que este estado de cosas pueden tener sobre el craving.