María Elena González Iglesias
Madre Soledad Torres Acosta fue una fundadora atípica, por su procedencia de un estrato social bajo y por su personalidad, extremadamente humilde y, aparentemente, frágil. En contra de lo que buscaban los promotores de los nuevos institutos religiosos femeninos que se inclinaban por mujeres de la nobleza y de la burguesía, emprendedoras y bien relacionadas. Su religiosidad, su amor a Dios; pero también su confianza en futuro del instituto de siervas de María, por su utilidad social, le llevaron a liderar esa congregación religiosa y a configurar un modo de ser enfermera y de entender el cuidado del paciente en su domicilio. Siendo responsable de su cuidado, tanto en el aspecto físico como espiritual; acompañándole hasta que finaliza la convalecencia o hasta que llega la muerte.