Objetivo: Determinar la incidencia de infección superficial de la herida quirúrgica en los pacientes intervenidos de cirugía craneal y analizar los factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos. Método: Se realizó un estudio observacional retrospectivo en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario de La Ribera (Alzira, Valencia) que abarcó el periodo 2005-2015, donde se incluyeron todos los enfermos que habían sido intervenidos de cirugía craneal y que desarrollaron infección superficial de la herida quirúrgica hasta un año después de la intervención. Se excluyeron los pacientes intervenidos mediante abordaje transesfenoidal y cirugía de la hidrocefalia. Resultados: De un total de 870 craneotomías realizadas en 710 pacientes, 14 presentaron infección del sitio quirúrgico (ISQ) en un tiempo medio de 66,4 días, lo que supone una incidencia acumulada de infección del 1,6%. Destacan factores como el rasurado en Sala de Hospitalización 12 horas previas a la cirugía (85,7%) y la fístula de líquido cefalorraquídeo (28,57%). En relación a la evolución del paciente, fueron variables estadísticamente significativas la obesidad (p=0,047; OR=2,15) y las infecciones coexistentes (p=0,011; OR=4,00). La cirugía urgente presenta casi el doble de probabilidad de ser una cirugía contaminada (p=0,049; OR=1,70). Hubo extensión profunda afectando al hueso o cavidad intracraneal en un porcentaje alto de casos (92,8%), que motivó que la mortalidad global de la serie fuera muy elevada 3/14 (21,4%). Conclusión: La obesidad en el paciente sometido a cirugía craneal causa el doble de probabilidad de exitus por ISQ. Y la presencia de infecciones coexistentes provoca cuatro veces más riesgo.
Objective: To determine the incidence of superficial infection of the surgical wound in patients undergoing cranial surgery and to analyze the intrinsic and extrinsic risk factors. Methods: A retrospective observational study was performed in the Neurosurgery Service of the University Hospital of La Ribera (Alzira, Valencia), which covered the period 2005-2015, where all the patients who had undergone surgery for cranial surgery and who developed a superficial infection of the surgical wound up to one year after the intervention. We excluded patients who underwent transsphenoidal approach and hydrocephalus surgery. Results: Of a total of 870 craniotomies performed in 710 patients, 14 had SSI in a mean time of 66.4 days, which implies an accumulated incidence of infection of 1.6%. Highlights include factors such as shaving in the Hospitalization Room 12 hours prior to surgery (85.7%) and cerebrospinal fluid fistula (28.57%). In relation to the evolution of the patient, obesity was statistically significant (p = 0.047, OR = 2.15) and coexisting infections (p = 0.011, OR = 4.00). Urgent surgery is almost twice as likely to be a contaminated surgery (p = 0.049, OR = 1.70). There was deep extension affecting the bone or intracranial cavity in a high percentage of cases (92.8%), which caused the overall mortality of the series to be very high 3/14 (21.4%). Conclusion: Obesity in the patient undergoing cranial surgery causes double the probability of exitus due to SSI. And the presence of coexisting infections causes four times more risk.