Miquel Àngel Calderó Solé, Carme Torres Penella
Las vías de conocimiento de los practicantes hasta tiempos contemporáneos siempre han sido precarias, sobre todo, en las zonas rurales y de montaña, donde la información llegaba a cuentagotas. La comunicación sufrió una pequeña revolución a principios del siglo XX con la aparición de diversas publicaciones en forma de revistas. Algunas de ellas eran de alcance estatal, pero, poco a poco, la conciencia de clase los llevó a intentar acometer empresas de mayor envergadura en forma de boletines que representaran los intereses y las reivindicaciones de los emergentes y noveles colegios provinciales [Fragmento de texto].