Jesús Santianes Patiño, Cristina Menéndez Fernández, Manuel Bermúdez Menéndez de la Granda
En los países desarrollados se está produciendo un fenómeno de envejecimiento poblacional con un progresivo incremento de las personas mayores de 65 años. Además de este aumento de la edad cronológica, cada vez cobra más importancia el concepto de fragilidad que podemos definir como una disminución de la reserva fisiológica y de la capacidad de respuesta ante situaciones de estrés que va a favorecer la aparición de deterioro funcional, discapacidad y otras complicaciones. La correcta identificación de esta situación nos permitirá poder actuar de manera precoz y global sobre el paciente con el objetivo de cortar la progresión de fragilidad a dependencia.
El aumento de la esperanza de vida y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas son dos factores que van a relacionarse con un progresivo aumento de las visitas de los adultos mayores a los servicios de urgencias. Estas visitas van a estar motivadas generalmente por problemas de salud de mayor gravedad que en el caso de pacientes más jóvenes, van a consumir más recursos en cuanto a realización de un mayor número de pruebas complementarias, mayor estancia hospitalaria, tasa de hospitalización y por todo esto van a suponer un reto para los actuales servicios de urgencias hospitalarios, siendo necesaria una adaptación de los mismos tanto en estructura como en estrategias de intervención para obtener los mejores resultados de salud posibles en las personas con fragilidad.
In developed countries, a population aging phenomenon is taking place with a progressive increase in people over 65 years of age. In addition to this increase in chronological age, the concept of frailty is becoming increasingly important, which we can define as a decrease in the physiological reserve and the ability to respond to stressful situations that will favor the appearance of functional deterioration, disability and other complications.
Correct identification of this situation will allow us to act early and globally on the patient with the aim of cutting the progression from frailty to dependence.
The increase in life expectancy and the higher prevalence of chronic diseases are two factors that will be related to a progressive increase in visits by older adults to emergency services. These visits will generally be motivated by health problems of greater severity than in the case of younger patients; they will consume more resources in terms of carrying out a greater number of complementary tests, longer hospital stay, hospitalization rate... This will pose a challenge for current hospital emergency services, requiring an adaptation of them both in structure and in intervention strategies to obtain the best possible health results in people with frailty.