Objetivo. Las fracturas de cadera del anciano son una de las patologías más frecuentes en nuestro medio y suponen un gran coste sanitario. El objetivo de este estudio fue evaluar los caracteres epidemiológicos de una población concreta.
Material y método. Se realizó un estudio retrospectivo de las historias clínicas, y mediante entrevistas personales en los lugares de residencia de los pacientes mayores de 69 años que sufrieron una fractura de la extremidad del fémur desde el 1 de enero de 2000 hasta el 31 de diciembre de 2001. En total fueron revisadas 550 historias.
Resultados. Teniendo en cuenta la población mayor de 69 años la incidencia global para dicha edad fue de 523,7 fracturas/100.000 habitantes/año. La edad media fue de 84,6 ± 7 (84,5 ± 7 para mujeres y 85 ± 6,8 para varones). El 40,2% del total cambió su tipo de residencia tras la fractura de cadera.
Conclusiones. Al correlacionar diferentes variables se encontró que no hubo diferencias estadísticas entre el tiempo de supervivencia y el tipo de fractura, ni entre el tratamiento y la presencia de complicaciones. Por el contrario sí existió correlación estadística entre la mortalidad y la actividad física previa a la fractura, y el postratamiento y el grado de dependencia previa.