María Luisa Lozano del Hoyo
La Diabetes Mellitus (DM) constituye en la actualidad un problema sanitario de características epidémicas. En España, la encuesta Nacional de Salud de 2011/12 recogía una prevalencia de diabéticos del 7’0%, con tendencia ascendente1 . Según el estudio di@bet.es elaborado por CIBERDEM, la prevalencia total de la DM sitúa a España en 13,8%, (más de 5,3 millones de personas) un porcentaje ligeramente superior a los estudios anteriores. De este porcentaje, un 7,8% corresponde a casos de DM2 conocida (casi 3 millones de personas), mientras que un 6% de la población española desconoce que sufre esta patología (más de 2,3 millones de personas)2 . Esta alta prevalencia conlleva un elevado consumo de recursos sanitarios que suponen un 6% del gasto sanitario anual en países occidentales. Este gasto se incrementa en función de la aparición de complicaciones de la enfermedad, principalmente macro y micro angiopáticas2.
La DM es un proceso crónico que afecta a 88028 personas en Aragón con una prevalencia del 6,79% según el cuadro de mandos diabetes de Aragón: 29/10/2017).
Supone un importante problema a nivel personal y de salud pública, no solo por su elevada prevalencia e incidencia, sino por las graves complicaciones sociales que pueden aparecer en su evolución: enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, retinopatía, insuficiencia renal y afectación del pie.