Raquel Delgado Diéguez, Yovanca Herraiz Martínez, Ana Aviol Oliveros, Ana Bernal Fradejas, Teresa Barcelona Tambo, Santiago Martínez García Alcaide
Las úlceras por presión (UPP) son lesiones isquémicas cutáneas de gran prevalencia en pacientes encamados y de edad avanzada. El profesional enfermero debe reunir los conocimientos y habilidades necesarias para garantizar unos cuidados de calidad, adaptados a las necesidades de cada paciente, y establecer las medidas e intervenciones oportunas para evitar o reducir su aparición, así como favorecer su curación. Es competencia de Enfermería conocer las causas que contribuyen a su desarrollo, las complicaciones frecuentes que puedan surgir (infecciones, inflamación, malignización…), vigilar las zonas corporales más susceptibles y establecer un diagnóstico principal y aquellos derivados del problema de base. Por otro lado, es necesario contar con los conocimientos suficientes sobre las distintas fases de cicatrización y poder clasificar e identificar el estadio de la úlcera, aplicando unos criterios específicos y garantizando la mayor objetividad posible. A su vez, esto permite orientar el plan de cuidados y realizar un seguimiento continuo de su evolución. Una valoración integral del paciente utilizando escalas de riesgo de UPP adecuadas, que sean específicas y avaladas (Norton, Braden, Emina…), así como identificar los factores de riesgo, es fundamental para prevenir su aparición y desarrollo. Igualmente, aplicar un tratamiento efectivo y precoz es necesario para evitar complicaciones asociadas.
Pressure ulcers (PU) are ischaemic skin lesions of high prevalence in bedridden and elderly patients. The nurse must have the knowledge and skills necessary to ensure quality care, adapted to the needs of each patient, and to establish the appropriate measures and interventions to prevent or reduce their appearance, as well as to promote their cure. It is the competence of nursing to know the causes that contribute to their development, the frequent complications that may arise (infections, inflammation, malignancy…), to monitor the most susceptible areas of the body and to establish a main diagnosis and those derived from the underlying problem. On the other hand, it is necessary to have knowledge of the different phases of wound healing and to be able to classify and identify the stage of the sore, applying specific criteria and ensuring greater objectivity as possible. This in turn makes it possible to guide the care plan and to continuously monitor its evolution. A comprehensive patient assessment using appropriate, specific and endorsed PS risk scales (Norton, Braden, Emina…), as well as identifying risk factors, is essential to prevent its appearance and development. Likewise, early and effective treatment is necessary to avoid complications associated.