Paula Frieiro Padín, Rubén González Rodríguez, José Domínguez Alonso
Fundamentos: Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se inician normalmente durante la pubertad y la adolescencia, momento en el que se debe prestar atención a los factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad. El objetivo de este trabajo fue evaluar las actitudes hacia la alimentación y el riesgo de padecer TCA, teniendo en cuenta las variables personales y familiares en una población de estudiantes de educación secundaria.
Métodos: Participaron un total de 790 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) matriculados en el curso 2019/2020 en institutos de la comunidad autónoma de Galicia, de los cuales 410 eran varones y 380 mujeres (M=13,84; DT=1,37).
En este estudio descriptivo-transversal los TCA fueron valorados mediante el Eating Attitudes Test (EAT-26) de Garner, en la versión adaptada a sujetos españoles. El tratamiento estadístico de los datos se desarrolló mediante un análisis multivariado de varianza (MANOVA), que se plasmó a través de análisis de frecuencias y tablas de contingencia.
Resultados: Atendiendo a las variables personales analizadas, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas de los trastornos de conducta alimentaria en el género de los adolescentes (p>0,05), pero sí en la edad (p<0,001), curso escolar (p<0,001) y uso de redes sociales (p<0,05). Del mismo modo, los datos sí presentaron diferencias estadísticamente significativas en los trastornos de conducta alimentaria según el nivel de estudios de las familias (p<0,01) y su relación familiar (p<0,001).
Conclusiones: Los resultados obtenidos en la investigación verifican una influencia de las variables personales y familiares sobre las actitudes asociadas a los TCA. Continuar ahondando en estas variables puede facilitar una mejor intervención, así como mejorar el diseño de estrategias preventivas.
Background: Eating disorders (EDs) usually begin during puberty and adolescence, a time when attention should be paid to the factors that influence the development of the disease. The aim of this study was to assess attitudes towards eating and the risk of developing EDs, taking into account personal and family variables in a population of secondary school students.
Methods: A total of 790 Compulsory Secondary School students enrolled in the 2019/2020 academic year in secondary schools in the Autonomous Community of Galicia participated, of whom 410 were male and 380 female (M=13.84; SD=1.37). In this descriptive-cross-sectional study, eating disorders were assessed using Garner’s Eating Attitudes Test (EAT-26), adapted to Spanish subjects. The statistical treatment of the data was carried out by means of a multivariate analysis of variance (MANOVA), which took the form of frequency analysis and contingency tables.
Results: With regard to the personal variables analysed, no significant differences in eating disorders were found across adolescents’ gender (p>0.05), but there were significant differences in age (p<0.001), school year (p<0.001) and use of social networks (p<0.05). Similarly, the data do showed significant differences in eating disorders according to the level of studies of the families (p<0.01) and their family relationship (p<0.001).
Conclusions: The results obtained in this research confirm an influence of personal and family variables in attitudes associated with EDs. Further investigation of these variables may facilitate better intervention, as well as improve the design of preventive strategies.