Introducción: La carne procesada tiene efectos indeseables en la calidad de la dieta especialmente en niños y adolescentes, ya que el alto consumo podría aumentar la prevalencia de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. El objetivo del estudio fue registrar el consumo de carne procesada en niños (entre 6 y 10 años de edad) y observar las actitudes de sus padres sobre el consumo y compra de carne procesada.
Material y métodos: Estudio transversal con la participación de 297 escolares de 1º a 4º año de una escuela primaria de Estambul y sus padres. Se registró el consumo de carne procesado por los niños, así como las opiniones y actitudes durante la compra de carne procesada de los padres. Se realizó análisis de Chi-cuadrado, correlación de Spearman, Kruskal Wallis (Tamhane) en el programa estadístico SPSS. Los resultados se evaluaron en el intervalo de confianza (IC) del 95% y en el nivel de significancia de p < 0,05.
Resultados: Durante las compras, lo primero que analizaban los padres era la fecha de caducidad, mientras que el precio era analizado al final. No se observó relación estadísticamente significativa entre el Índice de Masa Corporal (IMC) de los niños y el consumo de carne procesada (p>0.05). Sin embargo, la edad y el consumo de carne procesada mostraron relación positiva estadísticamente significativa (p<0.05). Los hijos de padres que reconocían el efecto adverso del consumo de carne procesada presentaron mejor consumo de carne procesada (p < 0.05).
Conclusiones: La mayoría de los padres disminuyeron el consumo de carne procesada debido a loa efectos adversos sobre la salud, prefiriendo la preparación de comida casera. Los padres con mayor nivel educativo disminuyeron el consumo de carne procesada de sus hijos.